ARAMA (CAS)

El significado de la palabra Arama sigue siendo desconocido hoy en día para los lingüistas. Veamos ahora lo que el maestro Koldo Mitxelena dice, en base a distintos ejemplos con dicho sufijo ama, sobre esto que concierne a la villa de Arama: “Aldama, Arama, Beizama, Zegama, Lezama, etc. También dice que es uno de los sufijos señalados como no vascos por Bähr (B. und ib., 38)”. Dicho esto, remitimos nuevamente a los interesados a dichas fuentes, ampliadas con distintos argumentos por el citado autor. (1)

Todavía hacia principios del siglo XX Arama seguía siendo en Guipuzcoa la villa con menor número de habitantes. De la misma forma que su vecina Altzaga y otras, también se agregó a la vecindad de Villafranca el 8 de abril de 1399 siendo una mera colación de vecinos. No hay duda de que esos escasos habitantes se agregaron a dicha unión por idénticos motivos de seguridad personal y jurídica que los esgrimidos por el resto de esas pequeñas poblaciones anexionadas.

Tal y como hemos dicho en el capítulo anterior sobre Altzaga, también Arama se separó de Villafranca en 1615, cuando compró su título de villa al rey Felipe III. Si el licenciado Hernando de Ribera determinó anteriormente para Alzaga una vecindad de 35 vecinos, equivalente a unos 190 habitantes en 1615, en Arama dicho padrón oficial de vecindad apenas alcanzó entonces los 20 vecinos, equivalentes a su vez a unos 110 habitantes. Acorde a dicha matrícula de población, por dicho título de villa le correspondió pagar a la Corona la cantidad de 1.361 pesetas con 25 céntimos en 1615, equivalentes a 5.145 reales. (2) En moneda de la época se debían pagar 25 ducados por cada vecino oficial computado.

Pero, ¿cómo computaba el antes citado licenciado Hernando de Ribera esa vecindad a la hora de pagar dicha compra del título de villa a la Corona? Ese término “vecino” entonces empleado lo quisieron entender en conjunto como “una interesada y determinada unidad familiar”. En todos los casos se priorizó sin duda esta máxima: “a más vecinos más dinero para las arcas del Rey”, y por ello dicho licenciado Hernando de Ribera, encargado de tales menesteres, efectuaba en la mayoría de los casos tal clasificación con arreglo a estos curiosos criterios que tomamos de la villa de Gududarreta:

Los caballeros “hijodalgo” computaban como un vecino; los clérigos, viudas y mujeres solteras se contaban a su vez como tres cuartos de vecino, y, por último, los dueños de casas que residían en otros lugares distintos, caseros con arrendamiento a forasteros, e igualmente hijos de clérigo se contabilizaban todos como medio vecino.

La suma de todos estos supuestos sería el número total de “vecinos” a la hora de pagar al Rey por tal villazgo. En el caso de Arama tan solo serían 20 vecinos, equivalentes a unos 110 habitantes. Ya hemos dicho que las poblaciones abonaron a la Corona de forma general 25 ducados por cada una de dichas unidades familiares entonces, equivalentes en el caso de Arama y en época moderna, a la cifra en pesetas que hemos indicado en los párrafos iniciales. (3)

Arama fue una de esas villas que constituyeron en 1615 la denominada Unión del Río Oria, inicialmente junto con las poblaciones de Gainza, Alzaga, Isasondo, Legorreta y Zaldibia (con su antigua grafía). Abandonó después dicha coalición junto con Zaldibia en 1682, aunque regresó a la misma en 1768. (4)

La “Estadística de los pueblos y habitantes de Guipuzcoa del 24 de diciembre de 1860”, llevado a cabo entonces por la Provincia, otorga en ese momento apenas 103 habitantes a la villa de Arama. (5)

Por otra parte, el historiador Pablo Gorosabel, otorga en 1862 a la villa de Arama las siguientes construcciones dentro de su jurisdicción: la casa rectoral del párroco dentro del casco de población, 15 casas de labranza y tres molinos harineros (entre ellos el de Ibares, situado sobre el cauce del Oria). Dicho autor dice que dos años después también tenía 103 habitantes. (6)

Apenas medio siglo después, hacia principios de la segunda década del siglo XX, su población apenas había alcanzado los 113 habitantes, distribuidos en su jurisdicción en 18 casas, la mayoría de ellas fuera de ese minúsculo casco de población situado en torno a su parroquia de advocación a San Martín. (7)

La villa de Arama ocupaba en las Juntas Generales de Guipuzcoa el asiento número 31 a la izquierda del Corregidor, siempre conforme al cuadro confeccionado por la historiadora Rosa Ayerbe Iribar. Arama tenía a su vez la potestad de tres fuegos como voto municipal en dichas Juntas para el reparto de gastos e ingresos entre las poblaciones de provincia, y su asiento se ubicaba entre el que tenían los representantes de las villas de Alzo y el asiento común ocupado por los representantes de Gudugarreta y Astiagarreta. (8)

Un complejo industrial muy antiguo e importante en esa época, situado siempre dentro de su jurisdicción, fue el llamado molino de Ibares, con hasta cinco piedras de moler, ubicado desde siempre en la orilla derecha del río Oria. La historia del mismo, uno de los más importantes de la comarca, se remonta documentalmente por lo menos hasta principios del siglo XVI. Hay una escritura de convenio en el año 1580, donde Martin de Isasaga dio y donó a Diego de Mendiola y consortes, “…la mitad del molino de Ibares con las calidades y condiciones que se expresan…”. La escritura, de 25 páginas, sita entre los fondos de la “Casa Zabala”, es una copia fehaciente hecha con autoridad judicial por el escribano Pedro Garcia de Albisu.

Hay datos muy curiosos sobre acuerdos entre los vecinos más importantes de Altzaga y Arama, en cuanto a la obligatoriedad que los primeros contrajeron finalmente para bajar a moler a dicho complejo harinero todo el grano convenido. Uno de los puntos acordados era que Arama debía “dejar” a los vecinos de Altzaga un camino “conbenible” (sic) por debajo de su iglesia para poder llegar mejor y más rápido hasta el citado molino de Ibares. (9) Este molino sigue siendo actualmente uno de los pocos que aun funcionan en Guipuzcoa.

La sencilla parroquia de Arama es de advocación de San Martin. Las fiestas patronales se suelen celebrar ese día del mes de noviembre.

  • Apellidos Vascos, Koldo Mitxelena, Txertoa, 3ª edición, página 44
  • Geográfica de Guipuzcoa, Serapio Mugica, página 933
  • “La villa de Gudugarreta en la historia de la comarca”, página 125
  • Pueblos de Guipuzcoa, Javier María Sada
  • Cuadro Estadístico de la Diputación de 1860 de los habitantes de Guipuzcoa
  • “Diccionario Histórico Geográfico de Guipuzcoa”, Arama, Pablo Gorosabel, año 1862
  • Geográfica de Guipuzcoa, Serapio Mugica, página 933
  • Cuadro de la historiadora Rosa Ayerbe Iribar, publicado en el libro “Gudugarreta en la historia de la comarca”, página 129, fotografía 28
  • Santa Ana 2020, Molino de Ibares, Sig.1.13-Año 1580, Martín Garcia/Joseba Alonso

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