IDIAZABAL (CAS)

Tal y como refiere de nuevo Mitxelena, existen distintas propuestas para definir el término Idiazabal, entre ellas la de algunos otros autores, Serapio Mugica por ejemplo, quien propone así: *idi <juncal> (de i, i(h)i). Este autor añade algunos ejemplos publicados en “Euskalerriaren alde”, <V 729> en cuanto a Idiazabal, así como también para Idiaquez (antiguamente Idiacaiz), apellido en que los etimologistas antiguos veían generalmente a idi <buey>; compárese además Idigoras e Idirin.

Koldo Mitxelena continúa diciendo si no será mejor relacionarlo con lo siguiente: La forma primitiva podría ser algo así como <Id(o)i-at(e)-gaitz>. Respecto al vocablo Idiazabal, en 1969 refiere que el testimonio más antiguo que conoce del nombre de dicha población guipuzcoana es: “tota nostra ereditate de Lazcano et de Iviazaval”, G. Larragueta 1199.

Según el autor su significado podría ser partir de (h)ibi <vado> y pensar en disimilación. Volvemos a insistir, en cuanto a los lectores más preparados que quieran conocer todos estos argumentos del citado autor, que observen en su totalidad los apartados y páginas que indicamos en el pie de página de tales argumentaciones. (1)

Es muy conocida por la población de Idiazabal la antigua escritura de concordia con la villa de Segura, celebrada el 1 de marzo de 1384. En ella se agregó a la villa de Segura como otras colaciones y universidades de la comarca para defenderse mejor de las incursiones navarras que había desde que Guipuzcoa se unió a Castilla en el año 1200. Esta anexión fue confirmada por los reyes de Castilla Juan I en 1387 y por Enrique III en 1393.

No fueron entonces pocas ni tampoco lentas las anexiones a Segura dicho año 1384, sino todo lo contrario, dado que, si la primera que firmó dicha concordia fue la Alcaldía Mayor de Areria el 4 de febrero y la última Mutiloa el 15 de abril, entre ambas fechas lo fueron haciendo Cegama, Legazpia, Idiazabal, Cerain, Ormaiztegui, Gudubarreta (Gudugarreta) y Astigarreta, todas ellas escritas en principio con la antigua grafía que viene en los documentos originales. (2)

Una particularidad derivada de la singularidad geográfica de Idiazabal es que hasta el año 1591 dentro de su jurisdicción existió un puesto de administración, establecido en su día por las autoridades provinciales para la recaudación de los derechos del llamado diezmo viejo, en concepto de puerto seco por las mercancías que transitaban entonces por esta antigua ruta en dirección hacia el reino de Navarra. (3)

Tras separarse de la villa de Segura, Idiazabal compró el villazgo el cuatro de febrero de 1615. Por los 257,5 vecinos que computaron entonces, equivalentes a unos 1.416 habitantes aproximadamente, sus regidores abonaron a la Hacienda Real 70.795 reales. Siempre manteniendo esa paridad establecida de pagar 25 ducados por cada una de las unidades vecinales censadas entonces por el licenciado Hernando de Ribera.

Idiazabal también estableció una unión con las villas de Beasain y Ataun en 1619 para su representación en las Juntas Generales de Guipuzcoa. Disuelta esta coalición formó otra nueva, en principio para diez años de duración, tan solo ahora con la villa de Ataun, según escritura otorgada el tres de mayo de 1639. Al expirar ésta se asoció con Segura para otros ocho años de coalición, según establece la escritura del 12 de noviembre de 1650, acuerdo éste que también renovaron las partes en 1671. Estamos ya en 1691 cuando Idiazabal volvió a formalizar otra hermandad, ahora con Cegama y Mutiloa, y lo hicieron en ese momento para una duración de 18 años, acuerdo que prorrogaron a su término en 1708 por otros 16 años más. La Unión, llamada de Artemalastegi, nombre precisamente de un caserío de Idiazabal, fue la última que la villa de Idiazabal integró el 26 de agosto de 1826, esta vez junto a las poblaciones vecinas de Cerain y Mutiloa. (4)

No hemos observado en el cuadro de asientos de las Juntas Generales de Guipuzcoa, confeccionado en su día por la historiadora Rosa Ayerbe Iribar, el asiento que le correspondería a Idiazabal en solitario. Posiblemente se deba a que durante esos años conformara alguna de esas uniones de villas que hemos referenciado en el párrafo anterior. (5)

Lo que dice Gorosabel de Idiazabal en cuanto a población en 1860 es esto:

“…el cuerpo de la villa se compone de un grupo de unas 30 casas sin calle formal y arreglada, y el resto del vecindario se halla esparramado en caseríos de labranza con 1716 habitantes en todo…” (6)

No obstante, en la “Estadística de los pueblos y habitantes de Guipuzcoa”, formalizada el 24 de diciembre y editada por la Diputación ese mismo año, leemos que Idiazabal tenía entonces 1694 habitantes, una diferencia de 22 personas respecto a los datos anteriores. (7)

Más de medio siglo después, hacia principios de la segunda década del siglo XX, la villa de Idiazabal tenía 37 casas en su zona urbana y otros 178 caseríos diseminados por los montes de su jurisdicción. El número de vecinos que el autor indica ahora desciende a 1.424, 292 habitantes menos según los datos de Pablo Gorosabel y 270 respecto a lo que indica dicha estadística de la provincia en el año 1860. (8)

Todavía entonces Idiazabal tenía seis molinos y seis posadas dentro de su jurisdicción. La importancia de la villa hacia principios de siglo XX queda fuera de toda duda, aunque una vez más debemos destacar por su importancia ese continuo descenso de población observado, similar al de la mayoría de las villas del Goierri.

En la jurisdicción de Idiazabal hay cuatro ermitas, Nuestra Señora de Kurutzeta, San Ignacio, San Esteban y San Zacarías, antiguamente todas ellas con sus correspondientes romerías. Las fiestas principales de la villa se celebran la festividad de San Blas el 3 de febrero.

Como simple curiosidad histórica diremos, una vez demostrada por los arqueólogos hacia finales del siglo XX y principios del XXI la evidencia de la gran importancia que tuvo el mundo y la cultura romana en Vasconia, que fue precisamente en una cantera de Idiazabal donde se encontraron seis monedas romanas del siglo II en 1898. (9)

  • Apellidos Vascos, Koldo Mitxelena, Edit. Txertoa, 3ª edición, apartados 314 y 596, correspondientes a las páginas 102,103 y 162.
  • Gudugarreta en la historia de la comarca, página 42, según la transcripción del historiador, L.M. Diez de Salazar
  • Geográfica de Guipuzcoa, Serapio Mugica, página 966
  • Diccionario Histórico Geográfico de de Guipuzcoa, Idiazabal, Pablo Gorosabel
  • Cuadro de la historiadora Rosa Ayerbe Iribar, publicado en el libro “Gudugarreta en la historia de la comarca”, página 129, fotografía 28
  • Diccionario Histórico Geográfico de de Guipuzcoa, Idiazabal, Pablo Gorosabel
  • “Cuadro Estadístico de la Diputación de 1860”
  • Geográfica de Guipuzcoa, Serapio Mugica, página 964
  • “El territorio guipuzcoano”, análisis de los elementos romanos, María del Mar López Colom, Marian Gereñu Urcelai y Mertxe Urteaga Artigas páginas 152, 154 y 162

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