MUTILOA (CAS)

Koldo Mitxelena observa lo que sigue en cuanto a este término: en algunos casos la terminación –oa es una variante de –ola; concretamente cuando se unía a radicales terminados en –l (-ll), en cuyo caso se tratará de una pérdida por disimilación de la última consonante; pone como ejemplos: Apalloa, Arbeloa, Astarloa, Epeloa, mutiloa (mutil, <muchacho> <criado>), Negueloa, Zamalloa. Cita a continuación la teoría de Azkue que ve en –(k)oa un sufijo con el sentido aproximado de territorio en denominaciones geográficas, como por ejemplo Aezcoa, Amezcoa, etc. No hacemos más que transcribir lo dicho por el maestro Mitxelena, y remitimos como siempre a los lectores al autor para obtener más información. (1)

Una cosa tenía antiguamente Mutiloa que hoy tiene también mucha importancia, el agua. Por ello tuvo antiguamente hasta cinco molinos harineros diseminados por las distintas agrupaciones de casas situadas en las zonas rurales de su jurisdicción. Los topónimos Lenkaran, Urbizuaran, Murguiondo, Ergoiena, Elbarrena, Artalamalastergui, Liernia, etc., son nombres y lugares importantes desde hace mucho tiempo dentro de la comunidad de vecinos de Mutiloa.

Siendo un pequeño lugar o colación, Mutiloa también se unió mediante escritura de concordia celebrada y firmada el 15 de abril de 1384, como otras pequeñas poblaciones de la zona, a la villa vieja de Segura. Este documento fue confirmado después por el rey Juan I en la ciudad de Ávila el dos de febrero de 1387. Como a otras poblaciones de la comarca, posteriormente también la ratificó Enrique III en Madrid el 13 de diciembre de 1393. Mutiloa efectuó su anexión a Segura en idénticas condiciones a las que firmaron el resto de las pequeñas aldeas que lo hicieron en 1384. (2)

Simplemente para mostrar la tensión política que se estaría viviendo en aquellos momentos, veamos lo que decíamos en el libro “Gudugarreta en la historia de la comarca” al comentar estas anexiones de poblaciones a las antiguas villas matrices en el capítulo correspondiente:

“Hacia 1387, la guerra de los Parientes mayores estaba prácticamente en sus comienzos. La creación de nuevas villas con fueros propios era una forma política de desautorizar a los mismos sin enfrentarse a ellos, restándoles poder al tiempo que poco a poco se acrecentaba el de la Hermandad” (3)

Así estuvo Mutiloa hasta el año 1615, cuando adquirió el título de villa como otras distintas poblaciones de Guipuzcoa, abonando el precio de 25 ducados por cada vecino que computó el licenciado Hernando de Ribera. No tardaron sus vecinos en formar una nueva Unión de villas para asistir a las Juntas Generales y prorratear los cuantiosos gastos de asistencia que se producían cada cuatro años durante once días seguidos de reuniones y acuerdos. El 4 de abril de 1617 las nuevas villas de Mutiloa, Cerain, Ormaiztegui, Astigarreta y Gudugarreta (citadas con su antigua grafía), dieron poder a un tal Joan Lopez de Arregui con objeto de que ostentando el nombre de la “Unión del Río San Esteban”, les representase en las Juntas Generales de la provincia.

Y así estuvieron durante veinte años estas nuevas villas hasta el año 1637. Fue entonces cuando las citadas poblaciones, reunidas el 14 de abril de dicho año en la ermita de Liernia, constituyeron en ese momento con Cegama una unión de dicho nombre. Lo hicieron siendo en esas fechas Corregidor de Guipuzcoa Juan Chacón y Ponce de León. (4)

Esta nueva agrupación, denominada “Unión de Cegama”, encabezándola ahora dicha población, agrupó a las vecindades de Mutiloa, Cerain, Astigarreta, Gudugarreta y Ormaiztegui. Cerain se salió de ella en 1662 para integrarse en la coalición de Legazpia. Las villas de Astigarreta, Gudugarreta y Ormaiztegui lo hicieron a su vez en 1679 para anexionarse a la denominada Alcaldía Mayor de Areria. En 1691 Mutiloa se unió a la villa de Idiazabal y en 1725 la citada Unión de Cegama también quedó disuelta. (5)

El asiento de Mutiloa en las Juntas Generales de Guipuzcoa se correspondería con el número 25 situados a la izquierda del Corregidor, siempre conforme a la composición elaborada en su día por la historiadora Rosa Ayerbe Iribar. En la composición del cuadro su asiento se ubicaría entonces entre los ocupados por los representantes de las villas de Cerain e Ychassondo, escrita esta última tal y como aparece referenciada en dicho cuadro. (6)

Gorosabel también dice en 1862 esto que sigue de Mutiloa:

“El cuerpo de la villa se reduce a un pequeño grupo de casas sin forma de calle, con la concejil, vicarial, una plaza y la iglesia parroquial; el resto se compone de caseríos desparramados de labranza, y todo su vecindario en el último censo de población ascendió a 517 habitantes” (7)

Sin embargo, observamos que en la información de la “Estadística de los pueblos y habitantes de Guipuzcoa formada el 24 de diciembre de 1860”, dicho estadillo asigna a Mutiloa una población de 523 habitantes, apenas seis personas de diferencia en relación a lo que indicaba Gorosabel. (8)

Medio siglo después a estos últimos datos de 1862 y 1860 respectivamente, hacia principios de la segunda década del siglo XX, la villa de Mutiloa tenía 583 habitantes que habitaban 12 casas en el casco de población ubicado junto a la parroquia, más otros 68 caseríos diseminados por los montes. (9)

En Mutiloa no se observa el descenso demográfico que hemos visto en algunas otras pequeñas poblaciones del Goierri, sino todo lo contrario, dado que su población aumentó en 66 personas conforme a los datos dados por Gorosabel, y en 60 unidades si hacemos caso de la estadística conformada por la Diputación. Todo esto en apenas medio siglo desde 1860/1862.

Este aumento de población se debe sin duda a la pujanza que todavía tenían las minas de hierro ubicadas dentro de su jurisdicción y en las contiguas de Zerain. Las venas de Lekanburu y otras más de la zona tenían mucho que ver en este ascenso demográfico, aunque como bien dice Ignacio Iparaguirre dentro del apartado de Mutiloa en su libro “Cinco villas del alto Goierri”, refiriéndose a esas gentes itinerantes que venían a trabajar a las minas:

“…era una población de paso, que no se integraba entre los Mutiloarras, fenómeno idéntico al de Zerain…”

Dicho autor también refiere que la mayoría de esos nuevos “venidos” se contentaban con tan solo un sitio para dormir. (sic) Aumentaron considerablemente los “albergues” o cuartos que alquilaban a los mineros. (10)

Las fiestas patronales de Mutiloa se celebran los días 29 y 30 de junio. La emblemática ermita de Liernia, situada dentro de su jurisdicción, celebra a su vez la suya el día 8 de septiembre.

  • Apellidos Vascos, Koldo Mitxelena, Txertoa, 3ª edición, apartado 472, página 135
  • Diccionario Histórico Geográfico de Guipuzcoa, Mutiloa, Pablo Gorosabel
  • Gudugarreta en la historia de la comarca, capítulo anexiones a Segura, página 55
  • Ibidem., capítulo <Poder de Representación>, páginas 171, 172
  • Las Poblaciones de Guipuzcoa, Javier María Sada
  • Cuadro de la historiadora Rosa Ayerbe Iribar, publicado en el libro “Gudugarreta en la historia de la comarca”, página 129, fotografía 28
  • Diccionario Histórico Geográfico de Guipuzcoa”, Mutiloa, Pablo Gorosabel
  • “Cuadro estadístico de Guipuzcoa de 1860”, editado por la Diputación
  • Geográfica de Guipuzcoa, Serapio Mugica, páginas 866 y 867
  • “Cinco villas del alto Goierri”, C.A.M. de Donostia, Ignacio Iparaguirre, páginas 86 y 87

—————————–