Citamos Cegama y otros topónimos con la grafía que Koldo Mitxelena utiliza en 1973. Dicho autor refiere que el sufijo –ama, tal y como los apreciados en los términos Arama, Aldama, Beizama, Cegama, Lezama, etc., es uno de los señalados como no vascos por el reconocido vascófilo de origen alemán Gerhard Bähr (B. und ib., 38). Recuerda igualmente un sufijo i –e, bien conocido (-ama, -isama): Lezama, si su z denota una africada, podría ser el equivalente de Letizama, Ledesma (compárese antes en Vizcaya, betesegui, mod. Betsegi <vaca con cría>, de esegi <colgado>, y el topónimo Ulzama (documentalmente Uzama, año 1087; apellido Ozamiz) el de Uxama, Osma.
Dice igualmente que no hay que olvidar el apellido Leguizamon (compárese el término Segisama/Segisamo(n). También que Ulzama (el topónimo Unzama se documenta en Ataun de Guipuzcoa) es una forma reciente, de fácil explicación fonética, del nombre que en documentos medievales se escribe Uzama, U(t)çama, etc.: por ello es plausible que se trate del oblicuo Uxama con leve disfraz vasco; y, por nuestra parte, ahí lo volvemos a dejar. Para conocer más sobre el tema, como siempre remitimos a los lectores interesados a los pies de página que abajo indicamos. (1)
Zegama desde muy antiguo fue uno de los pueblos más importantes de la comarca. El pueblo tiene varias singularidades geográficas, una de ellas que está rodeada de montañas por todos lados, excepto por donde el río Oria se abre paso en dirección a la vecina villa de Segura.
Zegama también se unió a Segura en su “carta de vecindad con condiciones” del 15 de febrero de 1384, tal y como transcribió en su día de los documentos medievales de Guipuzcoa el investigador L. M. Diez de Salazar. A esta anexión dio licencia y confirmación el rey Juan I, igual que a otras siete poblaciones, el dos de febrero de 1387. El espíritu principal de tales anexiones, según enfatizábamos en el libro “Gudugarreta en la historia de la comarca”, era “ser mejor defendidas” ante los abusos y desmanes de los denominados Parientes Mayores. (2)
La importancia que tenía esta antigua población de Cegama junto a sus vecinos se demuestra con bastante claridad en los distintos pleitos que se atrevieron a mantener con el “Señor de Cegama”, conocido entonces con el sobrenombre de “Ladrón de Cegama”. Pleitearon en la Chancilleria Real de Valladolid contra él durante los años de 1487, 1493 y otros. No era fácil enfrentarse entonces al poder de tales señores en general, y los vecinos de Cegama lo hicieron en fechas bastantes tempranas, hasta el punto que ya en el año 1495 consiguieron librarse de la jurisdicción de Martín Ladrón de Cegama. (3)
Cegama obtuvo el título de villa el 4 de febrero de 1615 tras el pago de 86.515 reales por parte de los 310 vecinos computados por el licenciado Hernando de Ribera, delegado del Rey entonces para estos menesteres. Las diferentes uniones en las que Cegama se agrupó posteriormente tras la compra del villazgo fueron varias en el transcurso de los años, dada esa obligatoriedad que tenían las villas de asistir a las Juntas Generales de la provincia con un representante; veámoslas:
La denominada “Unión de Cegama” se formó en 1637 junto con las villas de Cerain, Mutiloa, Ormaiztegui, Astigarreta y Gudugarreta como continuación de la primera alianza entre esas nuevas villas que denominaron Unión del Río San Esteban. Cerain se separó de ellas en 1662 para pasarse a la de Legazpia. Fue en 1679 cuando se separaron de ella las villas de Astigarreta, Gudugarreta y Ormaiztegui para unirse en ese momento a la denominada Alcaldía Mayor de Areria. La población de Idiazabal se sumó a su vez a dicha alianza en 1691, y la citada Unión se volvió a disolver en 1725. (4)
Según refiere Pablo Gorosabel, hacia mediados del siglo XIX la jurisdicción de Cegama lindaba con estas poblaciones: a Oriente, con el barrio de Ursuaran (entonces jurisdicción de Segura); hacia Poniente, se situaban los pueblos de Alava; por el Mediodía se ubicaban tierras de Alsasua en Navarra; y, por el Norte, sus límites tocaban entonces las jurisdicciones de Cerain y Segura. (5)
El asiento de Cegama en las Juntas Generales de Guipuzcoa se correspondía con el número 47 ubicado a la izquierda del Corregidor, siempre conforme a la composición elaborada en su día por la historiadora Rosa Ayerbe Iribar. En la composición del citado cuadro el asiento de su representante se situaría entonces entre los delegados de la villa de Ataun y la que denominaban como Alcaldía de Aystondo. (sic) (6)
Para tener una medida de la importancia de Cegama entonces, veamos ahora por partes lo que decía de ella Gorosabel hacia mediados del siglo XIX:
“…tiene cinco barrios, denominados el de abajo, el de arriba, Echeverria, Olaran y Dirintia…” (sic) —-“…su vecindario en el censo de población formado en 1860 ascendió a 2.241 habitantes…”
Dicho autor dice otras cosas importantes que ayudan a describirla:
“…la industria fabril de la villa era anteriormente de mucha consideración, pues había en ella las ferrerías nombradas Goenolea, Aitamarren y Alcibar, hoy desmontadas e inhabilitadas, e igualmente un martinete en el barrio Echeraya que igualmente se haya parado desde hace tres años. La única industria que tiene en el día de hoy es una ferrería titulada Olaberria con su martinete y horno de cementación de acero, siete molinos harineros y una fábrica de sal común…” (7)
En el cuadro sobre la “Estadísticas de los Pueblos de Guipuzcoa del 24 de diciembre de 1860”, editado en esa misma fecha por la Diputación de la provincia, estiman también para Cegama una población de 2.481 habitantes, en este caso con una diferencia de 240 personas respecto a lo indicado por Gorosabel. (8)
Pasado medio siglo, hacia principios de la segunda década del siglo XX, Cegama tenía 2.007 habitantes distribuidos de esta otra manera: 65 casas en zona urbana alrededor de la parroquia, y otros 175 caseríos rurales distribuidos por los extensos montes de la villa. Tan solo con estos datos ya se aprecia un claro bajón en la demografía de la población. En apenas medio siglo transcurrido sus habitantes han descendido bien en 234, o bien en 474 personas, según se compare con lo citado arriba por Gorosabel o con dicho cuadro publicado por la propia Diputación de Guipuzcoa en 1860. (9)
En este caso, el descenso poblacional de Zegama ya venía de antiguo; y, sin duda, tiene mucho que ver el paso de San Adrian (“Sandrati” o Lizarrate) en cuanto a su decadencia progresiva como ruta habitual de entrada (o salida) que era hacia Guipuzcoa (o Castilla). La nueva calzada de Francisco de Ibero, Francia-Salinas de Leniz, terminada entre 1770/1780, tiene mucho que ver respecto a su declive al desviarse los viajeros de entrada y salida de Guipuzcoa por esa gran calzada que construyó la Provincia. Los esfuerzos que realizaron algunas de las poblaciones perjudicadas, Segura y Cegama entre ellas, fueron inútiles a pesar de construir por el fondo del valle, dentro de su jurisdicción y hasta el punto de Otzaurte, una nueva carretera culminada hacia principios de la segunda mitad del siglo XIX. El remate final para todas esas rutas que pasaban por Zegama fue ese desvío Beasain-Idiazabal-Etxegarate terminado en 1851 que acortaba el itinerario. El tiempo del paso de San Adrian ya había pasado…
Las fiestas patronales de Zegama se celebran durante cinco días en la festividad de San Bartolomé. La importancia de Zegama en la antigüedad también se medía en cierta forma por el número de ermitas que había en su jurisdicción, y Zegama por dicho motivo también era muy importante. Sus 35 km2 de jurisdicción en lugares tan agrestes como era esta ruta por la vertiente de Aizkorri, entonces con tantos viajeros y peregrinos, así lo requería. Las ermitas de San Bartolomé, Santa Cruz, Iruetxeta, Sancti Spiritu y San Adrian son las que sobreviven actualmente. Falta la de Santa Bárbara para acogida de peregrinos que se situaba en Zegama detrás de la parroquia, hoy en día desaparecida. (10)
- Apellidos Vascos, Koldo Mitxelena, Txertoa, 3ª edición, apartado 39, página 44
- L. M. Diez de Salazar, Documentos medievales, Archivo Municipal de Segura, tomo II, apartado 66
- Cegama, Ignacio Iparaguirre, S.I., páginas 47 y 48
- Historia de los pueblos de Guipuzcoa, Javier María Sada
- Diccionario Histórico Geográfico de Guipuzcoa”, Cegama, Pablo Gorosabel, año 1862
- Cuadro de la historiadora Rosa Ayerbe Iribar, publicado en el libro “Gudugarreta en la historia de la comarca”, página 129, fotografía 28
- Diccionario Histórico Geográfico de Guipuzcoa”, Cegama, Pablo Gorosabel, año 1862
- “Cuadro poblacional editado por la Diputación de Guipuzcoa en 1860”
- Geográfica de Guipuzcoa, Serapio Mugica, página 835
- “Santa Ana 2022”, Artículo sobre Guesalbizcar en Zegama, Martin Garcia Garmendia/Joseba Alonso Arratibel
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